Sinopsis: Durante la toma de rehenes en las olimpiadas de Munich en 1972 un equipo de periodistas deportivos debe cubrir la situación para informar al mundo entero lo que esta pasando.
Reseña: No hay necesidad de conocer los hechos reales en los que se basa Septiembre 5 (los atentados contra atletas israelíes a mano de organizaciones palestinas en la villa olímpica de Munich) ya que el foco no esta puesto en hacer una dramatización verídica o un análisis sociopolítico a partir de estos sino en dar forma a un sobrio y eficiente thriller que con juiciosa edición, gran ritmo y un inteligente libreto entretiene a la vez que invita a la reflexión.
La mayor parte de la película transcurre dentro de los estudios de televisión donde trabajan los encargados de cubrir el evento deportivo mundialmente convocante. Empezando su rutina diaria se enteran de que han ingresado delincuentes a la villa olímpica, han asesinado a un entrenador Israelí y tienen de rehenes a once atletas de dicho país. Entonces el presidente de la división deportiva de la cadena ABC Roone Arledge (Peter Sarsgaard), el jefe de operaciones Marvin Bader (Ben Chaplin) y el jefe de la sala de control en Munich Geoffrey Mason (John Magaro) deben actuar rápido para encargarse de cubrir los hechos y tener las primicias de todo lo que pasa, en parte como una importantísima labor social como también para beneficios personales en forma de prestigio y posibles ascensos. El sobresaliente guion escrito por Tim Fehlbaum, Moritz Binder y Alex David no pierde el tiempo en relleno melodramático o en profundizar en el pasado o motivaciones de los personajes. De hecho estos resultan bastante simples y unidimensionales pero esto no presenta problemas pues el interés de los guionistas y el director Tim Fehlbaum esta en hacer un exhaustivo análisis sobre el rol de los medios de comunicación y los trabajadores detrás de ellos en el momento de presenciar eventos trágicos en vivo y tener que transmitirle al mundo lo que pasa. La recreación de la ardua tarea del equipo técnico y creativo detrás de ABC Sports es excelente tanto en las limitaciones (e intimidaciones) con las que tuvieron que lidiar al atreverse a cubrir una crisis política de semejante envergadura ya sea desde las disputas por las jugosas primicias, la tecnología precaria (en comparación con la moderna era digital hiperconectada) y los cuestionamientos éticos que se hacen los mismos protagonistas internamente y unos a los otros entre los que se encuentra la desmedida ambición por el éxito informativo y cuando esta puede pasar a simple explotación del sufrimiento ajeno.
El desarrollo de la trama avanza con perfecto manejo de ritmo, intriga y suspenso valiéndose de la mencionada recreación de la sala de controles en la década de los 70 con las curiosidades "vintage", la interacción entre los principales encargados que nunca son retratados como villanos sin alma y cegados por la ambición sino como personas comunes haciendo lo mejor que pueden laboral y moralmente y el subtexto político-histórico en el que están inmersos con los grandes esfuerzos por parte de la sociedad alemana en su conjunto para compensar el daño irreparable que su país cometió contra el pueblo judío. La dirección de Tim Fehlbaum es sutil pero a la vez dinámica valiéndose de un montaje por momentos algo frenético pero que ayuda a agilizar la historia además de contar con planos claros sin complicaciones estéticas. Y lo mismo podríamos decir del elenco. Probablemente ninguno brinde grandes actuaciones pero por los requerimientos del libreto esto no es una falla. Aún así Peter Sarsgaard, Ben Chaplin y John Magaro son totalmente creíbles y funcionales como también Leonie Benesch como la traductora alemana Marianne Gebhardt que sirve como encarnación del sentimiento de culpa y retribución de Alemania.
En resumen, Septiembre 5 ofrece entretenimiento y material para reflexionar con su económica manufactura y simple estructura narrativa elevadas por un genial desarrollo desde el guion y su realista retrato de los medios de comunicación. No esperen algo excesivamente dramático o convencional ni tampoco algo muy transgresor (como lo fue en su momento la clásica Network de 1976) sino una pequeña pero poderosa cinta que no busca cambiar el mundo sino mostrar como era este hace más de 50 años y cuanto cambió hasta nuestros días (spoiler: no mucho).
Calificación: 8.5
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