Sinopsis: El exitoso empresario Karsh (Vincent Cassel) motivado por la muerte de su esposa Becca (Diane Kruger) funda un cementerio con avanzada tecnología que permite "conectar" con los muertos sin considerar las graves consecuencias éticas, legales y políticas que podría traerle su innovadora creación.
Reseña: Tengo que expresar mi enorme admiración por David Cronenberg, uno de mis directores favoritos y de los principales formadores de mi gusto y pasión por el séptimo arte. Dentro de un grupo selecto en el que incluiría a David Lynch, Paul Verhoeveen, Richard Linklater, Sam Raimi y Peter Jackson, Cronenberg fue de los primeros que me ayudo a expandir mi comprensión sobre el cine y a mostrarme las enormes posibilidades del realizado de forma independiente donde no existen presiones de ejecutivos interesados únicamente en amasar enormes cantidades de dinero sino que lo que prima es la motivación por romper barreras, transitar caminos nuevos y transmitir ideas y mensajes que muchas veces van en contra del status-quo que los grandes estudios pregonan y defienden. A lo largo de su extensa filmografía este director canadiense siempre mantuvo su espíritu transgresor y rebelde con cintas en muchas ocasiones grotescas, con amplia violencia y bizarra estética que se volvió su firma personal. Pero estos elementos lejos de ser un fin por si mismo para escandalizar eran las curiosas herramientas que utilizaba para sus crudos análisis y denuncias sobre numerosos aspectos de la sociedad contemporánea. Desde la dinámica de las relaciones sentimentales modernas en The Fly, las complejidades de la psiquis dañadas por traumas pasados en The Brood, los peligrosa retroalimentación entre la television (actualmente aplicable a internet) con contenido cada vez más violento y morboso y su público que lo demanda en Videodrome... la lista es enorme y ya sea en el género del "body-horror" o en dramas "serios" (como las excelentes A History of Violence y Eastern Promises) casi siempre podemos contar con su metodica direccion, excelente manufactura y sus refrescantes ideas.
Y ahora a sus 82 años con su ultima película The Shrouds Cronenberg muestra increíble conservación de las virtudes que lo caracterizan hace décadas combinadas con un tono más mesurado, melancólico y maduro provenientes no solo de su edad sino también de dolorosas experiencias personales. Muchos han acusado a Cronenberg de haber perdido la "chispa" con sus ultimas películas y si bien acepto que a veces sus argumentos no se explotan del todo o se enmarañan innecesariamente aun así siguen siendo obras estimulantes y profundas que nos dejan pensando mucho tiempo después de que terminan (como Maps to the Stars y Crimes of the Future). Pero mejor me pongo a hablar de The Shrouds. La cinta comienza con el empresario Karsh pasando por un doloroso duelo luego de la muerte de su esposa años atrás y administrando un cementerio con la particularidad que permite ver con lujo de detalles a los cuerpos enterrados (ya sea en una pantalla en la lapida o en la comodidad del teléfono celular) no de manera pública sino que solo los familiares tienen acceso a la vista de su respectivo pariente finado. La precisa dirección y el solido guion el cual poco a poco va descubriendo las variadas capas en la personalidad del protagonista y la compleja relación con su difunta esposa (como también por medio de flashbacks vemos lo tortuoso que fue transitar su enfermedad) representan esta idea sin dudas perturbadora como un desesperado intento de un hombre con ilimitados recursos de saciar su angustia y afrontar su obsesión. Y a esto se suma sus cuestionables decisiones éticas cuando esta la posibilidad de expandir su negocio pues gente adinerada de todo el mundo esta interesada en ese mismo "servicio". También Karsh nota extraños "crecimientos" en el esqueleto en descomposición de Becca por lo que decide investigar con los médicos que trataron su cáncer. Las cosas se complican cuando el cementerio es vandalizado y "hackeado" con los usuarios no pudiendo ingresar a sus "cuentas". Me detendré aqui para no contar demasiado.
Podría dar la sensación de que el argumento de The Shrouds se enreda demasiado con múltiples sub-tramas (ni siquiera mencioné a la cuñada de Karsh Terry, hermana gemela de Becca y devota de las teorías conspirativas, su ex-esposo Maury que trabaja con Karsh en el área de informática y a Soo-Min Szabo la esposa de un magnate enfermo interesado en ser enterrado en el cementerio de Karsh) pero no hay que tomarla como un convencional thriller con un misterio que resolver o un drama sobre la muerte y el duelo sino como un estudio de carácter con un protagonista complejo al que acompañamos en su día a día lo que da lugar a interesantes planteamientos y debates sobre la industria farmacéutica, capitalismo, ecologismo, vigilancia gubernamental entre otros al mismo tiempo que funciona como un conmovedor relato sobre el dolor de perder a quienes amamos y como sobrellevarlo. El libreto logra una construcción detallada del protagonista mostrándolo como alguien humano, con fallas pero también logrando que empaticemos con él y haciendo fascinante su interacción con el resto de los personajes por lo que no resentí de una trama que por momentos parece divagar y no tener un rumbo definido. Aunque si me pareció poco apropiado el desenlace de la cinta la cual deja demasiados cabos sueltos y responde muy poco a las numerosas interrogantes. Por un lado aprecio los finales abiertos que nos obligan a sacar conclusiones pero en este caso no pude evitar sentirlo como una salida facil o que faltó contundencia para dar forma final al elaborado conjunto de ideas que se nos presentó.
De todas formas esto no desmerita la experiencia completa de The Shrouds ni los muchos aspectos técnicos y artísticos sobresalientes que la componen. El elenco es excelente encabezado por Vincent Cassel logrando simpatía, debilidad y emotividad como también frialdad calculadora cuando es requerido, Diane Kruger en un doble papel como la convaleciente Becca y la agil Terry, Guy Pearce como el inteligente pero neurótico Maury y Sandrine Holt como Soo-Min Szaboo logrando un aura enigmática y arrogante pero a la vez muy humana. La fotografía de Douglas Koch, el diseño de producción de Carol Spier y la dirección de arte de Jason Clarke logran con limitados recursos recrear a la perfección la mercantilización del dolor y los cuerpos con una puesta en escena alejada del morbo más enfocada en la sugestión que quizás perturbe al principio pero luego pasa deprimirnos ya que nos hace pensar en nuestra pasajera existencia y la peligrosa cosificación en la que podemos caer. Cronenberg simplemente ya no esta interesado en el "gore" y bizarras creaciones de látex, o no las considera necesarias para transmitir sus ideas en esta etapa de su carrera pero el impacto es similar al de sus mejores obras, al menos en mi humilde opinión.
Entonces no me queda más que recomendar con confianza The Shrouds con la advertencia de que no se esperen sorpresivos "plot-twists", discusiones a gritos, acción o demás. Se trata de una parsimoniosa cinta interesada en la introspección y la reflexión que presenta ideas muy interesantes sobre el devenir de la humanidad en numerosas áreas. En cuanto a tono y forma tiene similitudes con la cuestionada Crimes of the Future, con menos estética bizarra pero muchos personajes y subtramas que tal vez no "pegan" del todo y no concluyen apropiadamente. Aun así los interesantes personajes interpretados por los hábiles actores, los profundos parlamentos y la puntillosa dirección de Cronenberg la hacen una notable experiencia de ciencia ficción inteligente y seria.
Calificación: 9
Esta película me parece la obra más personal de David Cronenberg. En esta ocasión deja de lado la goma y latex por el diseño del CGI que no esta mal porque me parece bien logrado teniendo en cuenta lo que el cineasta quiere exponer (fiel a su estilo) y va acorde con la premisa de la película. El guión es algo inconsistente porque me parece que abusa de muchas sub-tramas, aunque por momentos recupera el foco del tema central. La cinta tiene un simbolismo particular donde Cronenberg se ve reflejado con el sentir del protagonista. Un buen elenco, actuaciones sobrias y un final que determina de manera contundente el mensaje de la película. Recomendable para quienes les gusta el cine cerebral.
ResponderEliminarBlackbird (Isaac)
ResponderEliminarDelicioso, en ocasiones espeluznante y en otras muy gracioso misterio sobre lidiar con la muerte. La película no nos da todas las respuestas pero es el punto. Al mismo tiempo, se pone a preguntarnos sobre otras cuestiones igual de interesantes como las potenciales vulnerabilidades de aceptar rapidamente el cambio tecnologico sin cuestionario, o que tanto el aprovechar esto es tan complicado para las multinacionales y naciones corporativistas que solo un paranoico neurotico lo aceptaría. Otra vez no hay respuestas. Estamos acompañando a Karsh (Vincent Cassell) en su viaje preguntándose lo mismo que nosotros.
EliminarAngel Al: me da mucho gusto que hayas disfrutado de The Shrouds y coincido en muchas de tus observaciones aunque el desenlace no me pareció muy contundente y un poco enfrió mi entusiasmo. Siento que hubo asuntos presentados en el tercer acto que no se explotaron adecuadamente y me terminaron pareciendo distracciones con poco propósito (SPOILERS: la aparición del cuerpo del doctor Eckler y la confesión de Maury) pero tal vez viéndola una segunda vez tenga una apreciación diferente. De todas formas disfruté mucho la película y probablemente sea de lo mejor que ha hecho Cronenberg en los últimos 15 años. Gracias por tu opinión y buen finde!
ResponderEliminarBlackbird (Isaac): así es, me asombró agradablemente los múltiples planteos sobre diversos temas presentados en la cinta llegando a niveles de profundidad e inteligencia como en las mejores cintas de Cronenberg. Me da gusto que su culto de seguidores la hayan disfrutado mucho por lo que veo. Gracias por tu comentario y buen fin de semana!